Unas vacaciones en familia a Tanzania para recordar.
Irene nos cuenta: El sueño de mi padre era hacer un safari cuando se jubilara. La jubilación llegó en medio de la pandemia, pero igualmente, esto no nos paró para llevarlo a cabo. De un viaje de 3 (mi padre, mi marido y yo) pasó a ser un viaje de 6 (también con mi madre y mis tíos). Un viaje único y memorable.
¿Por qué Piks on Safari?
Al hablar con varias agencias, nos decidimos por Piks on Safari, no por una cuestión de precio, similar en varias agencias, sino por la sensibilidad con la que Pili nos explicó su propuesta, siendo esta sostenible y respetuosa con la comunidad local, colaborando con varias organizaciones y evitando cualquier acción que perpetúe malos hábitos entre los turistas y los Tanzanos.
Nuestra ruta por Tanzania
Teníamos 10 días, contando el viaje de ida y vuelta. Barcelona-Doha-Kilimanjaro ya eran unas 15 horas. En total estuvimos en Tanzania 8 días, de los cuales 6 fueron para el safari. La ruta que nos planteó Pili, y que consideramos todos muy acertada, fue Moshi-Cascada Kilimanjaro-Tarangire-Manyara- Serengeti-Ngorongoro-Arusha. Esta propuesta hizo que el ritmo del viaje fuera in crescendo, sin parar de sorprendernos día tras día.
Llegamos por la mañana al Aeropuerto Internacional de Kilimanjaro. Ese día estuvimos descansando en el hotel y dando una vuelta por Moshi. Al día siguiente, nos recogió ya Said, nuestro guía para el resto del viaje. La ruta a la cascada de Materuni fue suave y agradable. El guía local nos explicaba sobre la vegetación de la zona. La cascada nos encantó, pero la comida y la experiencia de moler nosotros mismos el café nos fascinó. Fue el primer día del viaje y empezamos a lo grande.
Los Parques Nacionales de Tanzania
Al día siguiente empezamos el safari en Tarangire, el parque por excelencia de los elefantes. Ese día comenzamos a asombrarnos con nuestros primeros elefantes, jirafas, leonas, gacelas, búfalos, ñus, leopardos… Estábamos todos boquiabiertos, no habíamos visto nunca tanta vida salvaje junta, conviviendo, sobreviviendo.
Esas dos próximas noches las pasamos en Karatu Tented Lodge, destaco la amabilidad del servicio y las sopas deliciosas que nos ofrecieron cada noche.
Continuamos el safari por Manyara, un parque nacional con un enorme lago de agua salada y con una vegetación muy diferente a la que veríamos en Tarangire, Serengeti o Ngorongoro. Ese día además, hicimos una ruta en bici por el pueblo Mto wa Mbu, donde visitamos comunidades de artistas y agricultores locales. De safari se pasan muchas horas en el jeep, así que agradecimos movernos un poco.
De camino a Serengeti paramos en la cresta del Ngorongoro. Unos fueron a visitar un poblado Masai mientras otros fuimos a hacer un walking tour por la parte superior del crater. Nos acompañó un ranger. Afortunadamente no hubo peligro alguno, y fue un paseo agradable con buenas vistas. Quizás más corto de lo que nos habría gustado.
Serengeti, el parque más impresionante de todos
13.000 km2. Diversidad en estado puro. Solo llegar nos sorprendió una manada de leonas con sus cachorros descansando a la sombra de un árbol.
Recorrimos la parte central del parque durante dos días. Said, incansable, se esmeraba para que viéramos tantos animales como fuera posible. Vimos charcos con hipopótamos durmiendo, cocodrilos a la caza de la cebra y finalmente dimos con el rey de la selva, el majestuoso león. Las fotos, sean de cámara reflex o de móvil, eran y siguen siendo impresionantes.
En Serengeti dormimos dentro del parque, en zona de animales, en Embalakai Camps, un hotel singular en el medio de la sabana africana. Sin duda, de los mejores hoteles calidad-autenticidad, en los que hemos estado. Ir acompañados de un guerrero Masai y escuchar las hienas por la noche fue memorable.
La última noche de safari la pasamos en Rhino Lodge, un hotel muy rústico y acogedor dentro del Parque Nacional Ngorongoro. Allí disfrutamos de una rica cena tanzana, al lado de la enorme chimenea central.
El último día de safari estaba reservado para Ngorongoro. Recorrimos el cráter durante esa última mañana de safari. Pudimos ver a lo lejos, muy a lo lejos, dos ejemplares de rinoceronte, el último big 5 que nos faltaba. Ngorongoro es más verde que Serengeti, las laderas del antiguo volcán son selváticas. No vimos monos allí, pero no me extrañaría que hubiera. Dónde sí había monos babuinos era en la entrada del parque, donde a nuestra salida, un mono nos robó un paquete de café que habíamos comprado en Materuni. Said lo recuperó de dentro del bosque sin pensarlo demasiado.
Después de 6 días de Safari, volvimos a Arusha donde nos despedimos del mejor acompañante de viaje, Said. La última noche la pasamos en Banana Eco Farm, un proyecto comprometido con la comunidad y el medio ambiente. Un alojamiento más modesto que los anteriores, pero auténtico y honesto.
Uas vacaciones en familia a Tanzania inolvidables
Así, sin habernos dado cuenta, el viaje había llegado a su fin. Volvimos a Barcelona cargados de emociones y felices de haber vivido un viaje inolvidable. Volvimos enormemente agradecidos con Pili, por habernos facilitado vivir esta experiencia.
Irene, Javi, Jordi, Dolors, Miquel y Dolors
También Laura en su post nos contó como fue si viaje en familia por Tanzania.